En nuestros días las noticias sobre política y economía a menudo adquieren un caracter estrambótico. La realidad político-social se está volviendo cada vez más estrambótica. Y lo estrambótico es la característica esencial de todo aquello que es resultado del azar, de lo irracional, de lo ingobernable. Lo estrambótico es la esencia del caos y es lo que define la naturaleza del mal.
El juego de azar por excelencia es la ruleta; que proviene de la rueda de la fortuna. Si analizas los resultados de una serie de jugadas, compruebas que sus resultados son estrambóticos. La ruleta tiene 36 números; del 1 al 36. Si sumas los 36 números, el resultado es 666, el "Número de la Bestia". La bestia simboliza lo irracional, lo ingobernable, lo imprevisible... lo estrambótico.
El actual juego de la ruleta procede de las modificaciones que Blaise Pascal introdujo sobre la rueda de la fortuna. Pascal utilizaba una ruleta que él mismo se fabricó, para investigar las leyes del azar y de la probabilidad. Dedicó a ello muchos años. Nadie sabe hasta donde llegaron sus descubrimientos. Lo único que se sabe es que a los 32 años, lo abandonó todo -incluidas sus investigaciones- y se recluyó en un monasterio; en el que murió a los 39 años.
Lo estrambótico, lo irracional, lo ingobernable... la locura, el caos... el Mal.
El juego de azar por excelencia es la ruleta; que proviene de la rueda de la fortuna. Si analizas los resultados de una serie de jugadas, compruebas que sus resultados son estrambóticos. La ruleta tiene 36 números; del 1 al 36. Si sumas los 36 números, el resultado es 666, el "Número de la Bestia". La bestia simboliza lo irracional, lo ingobernable, lo imprevisible... lo estrambótico.
El actual juego de la ruleta procede de las modificaciones que Blaise Pascal introdujo sobre la rueda de la fortuna. Pascal utilizaba una ruleta que él mismo se fabricó, para investigar las leyes del azar y de la probabilidad. Dedicó a ello muchos años. Nadie sabe hasta donde llegaron sus descubrimientos. Lo único que se sabe es que a los 32 años, lo abandonó todo -incluidas sus investigaciones- y se recluyó en un monasterio; en el que murió a los 39 años.
Lo estrambótico, lo irracional, lo ingobernable... la locura, el caos... el Mal.