Heleno Saña, escritor español en Alemania
Para vender sus productos industriales y exportar su técnica, la RFA no necesita ni soldados ni armas, sino simplemente negociar con los países compradores | En los últimos veinte años han aumentado los índices de pobreza, la desigualdad distributiva, el deterioro de las prestaciones sociales y el endurecimiento de las condiciones de vida
A sus 80 años, el filósofo social y ensayista Heleno Saña (Barcelona, 1930) es uno de los españoles que mejor conoce Alemania. Hijo de un sindicalista y antifranquista, llegó a Darmstadt en 1959. La ciudad había sido fábrica de los primeros misiles balísticos, los V-1 y V-2 de Hitler y pionera del plexiglás, otra invención de la economía de guerra nazi, y fue bombardeada a conciencia. Saña llegó aquí por una mezcla de exilio político, huyendo del franquismo, y amor: siguiendo a la que sería su mujer alemana, de la que sigue fascinado. Un amor conyugal tan longevo no es habitual, pero no es esa su única singularidad.
Heleno Saña es un pensador independiente, un hombre que no sólo reflexiona sino que es capaz de decir lo que piensa, sin demasiadas concesiones a la conveniencia, algo que se ha hecho raro. Se define como un “homo hispanus”, pero admite que incluso en sus afiladas críticas a Alemania es deudor “de la tradición intelectual y la perspectiva que me ha dado la propia cultura alemana”.
De España dice que, “el país salió de una dictadura de casi cuarenta años no para iniciar un nuevo ciclo histórico apoyada en sus mejores tradiciones humanas y espirituales, sino para copiar mimética y servilmente lo que Europa tiene de más vulgar, ese materialismo soez y chabacano que se ha revelado incapaz de dar una proyección racional y humana a la vida de la gente”. Es comprensible, pues, que, con ese pensamiento y esas características, Saña sea un autor que no encaje con la corrección política española. Está en otra galaxia y en otra actitud a las que hoy imperan. Precisamente por eso vale la pena hablar con él sobre Alemania, Europa y la crisis.
La Alemania que deslumbra por su nivel de empleo y por apenas estar afectada por la crisis es el mismo país que “en los últimos veinte años, ha visto aumentar los índices de pobreza, la desigualdad distributiva, el deterioro de las prestaciones sociales y el endurecimiento de las condiciones de vida”, dice. A partir de la crisis financiera y con el nuevo gobierno democristiano-liberal, “crecen el descontento y las voces críticas”, afirma. Saña no cree que Alemania aspire a ser una potencia militar, “porque no lo necesita”, pero constata el nuevo hegemonismo germano en un continente que históricamente va a menos. También muestra su desinterés por una Europa que califica como, “vertical y colonizada por los mercaderes”.
Colaborador de “Índice” y de otras muchas publicaciones nacionales y extranjeras, entre ellas la revista “Destino” de Barcelona, Heleno Saña es autor de una cuarentena de libros sobre temas sociales, filosóficos y políticos, un tercio de ellos escritos en lengua alemana. En 1990 publicó un provocador ensayo sobre el futuro de Alemania titulado “IV Imperio” que figuró en la lista de los best-seller germanos.
"Europa vuelve a estar dominada por Alemania"
Hace veinte años, escribió usted un libro sobre Alemania titulado “El Cuarto Imperio”, ¿se han cumplido sus temores?
No en un sentido dramático, pero si en lo esencial. En el sentido de que Europa sigue estando, o vuelve a estar, dominada por los alemanes. Bruselas y todas las capitales están pendientes de los alemanes. Alemania tiene la voz hegemónica. De forma distinta a lo que fue con el Tercer Reich, pero sigue siendo el hegemón de Europa.
Pero al enumerar las características del Cuarto Imperio en su libro usted decía: no será un nacionalsocialismo, no será violento, no será un dominio basado en el terror, no será... Con toda esa lista, ¿no estaba describiendo, en el fondo, algo que no tiene nada que ver con el pasado, con un Cuarto Reich?
Lo que digo es que no va a ser una repetición, sino una nueva versión de dominio y hegemonía, adaptada a las circunstancias del mundo actual, que son muy distintas a las del mundo de entonces. Es evidente que Alemania no tiene la capacidad para repetir una aventura psicopática como la del Tercer Reich. Carece de potencial militar, fue un país ocupado, o sea que no tiene otra opción que la de jugar la carta política, no bélica, porque si intentara otra opción las verdaderas potencias militares mundiales no se lo permitirían.
Veinte años después de recuperar su plena soberanía exterior, Alemania es el tercer exportador mundial de armas, tiene miles de soldados en Afganistán y la Canciller Merkel justifica la intervención internacional del Bundeswehr mencionando la “necesidad de garantizar el acceso (Zugriff)” a recursos energéticos y vías comerciales...
Alemania es ciertamente un gran exportadora de armas, pero no es ninguna potencia militar ni aspira a serlo, ya por el solo hecho de que es la primera en saber que, como he dicho, las verdaderas potencias mundiales no se lo permitirían. Su intervencionismo armado en Afganistán y otras zonas del planeta no obedece a sus propios planes, sino que corresponde, como el de España y otros países, a los intereses de los EE.UU. Para vender sus productos industriales y exportar su técnica, la RFA no necesita ni soldados ni armas, sino simplemente negociar con los países compradores, como hizo el pasado mes de julio con gran éxito la señora Merkel en Rusia y China.
¿Entonces, en qué términos vemos el dominio alemán hoy?
En términos políticos, que son reflejo de su potencia económica. Es el segundo exportador mundial, pero le va a durar poco porque está siendo superado por los países emergentes, China en primer lugar. Además, el viejo continente va a menos, por lo que Alemania está limitada también por esa perdida de potencial general de Europa.
¿Qué papel espera de Alemania en Europa?
Uno de mis libros se llama “Europa, esa mentira”. Soy profundamente europeísta, pero en el sentido de Unamuno, Europa no me basta, soy universalista. He estado siempre en contra de esa Europa artificial creada como estrategia alemana de recuperación en la posguerra. Toda la economía alemana está proyectada hacia la exportación, un modelo que implica, per se, la potenciación de la capacidad competitiva en los mercados internacionales y una política de salarios bajos en el propio territorio nacional. En este aspecto, los consorcios alemanes practicaban ya de hecho el neoliberalismo económico mucho antes de que Milton Friedman y su Chicago School of Economics elaboraran su infausta teoría, una burda y peligrosa deformación de la que expuso Adam Smith en "La riqueza de las naciones" y en su complemento "Teoría de los sentimientos morales".
"Voluntad de poder"
¿Es legítimo acusar a Alemania de egoísmo económico en Europa?
No creo que el egoísmo económico de Alemania sea muy superior al de los demás países miembros de la UE. La única diferencia es que por su posición hegemónica y política está en condiciones de afirmar sus intereses nacionales con mayor vigor que otros estados. El Mercado Común fue desde el primer momento un producto de lo que desde Max Horkheimer se viene llamando "razón instrumental", y no un acto desinteresado de amor a Europa. El problema del egoísmo alemán dentro de Europa es que detrás de él late la "voluntad de poder" que ha caracterizado la política de este país desde la unificación de Alemania por el canciller Bismarck...
...¿la voluntad de poder...?
...el instinto de poder, la mentalidad de que han nacido para mandar. Ese complejo lo encuentras en Hegel, cuando en sus lecciones sobre la historia universal ves una concepción jerárquica de la historia. Cuando habla de los persas, de los griegos, de los chinos, dice unas barbaridades enormes, los desprecia, dice que no eran nada, para desembocar en que Alemania es la culminación del espíritu universal y que el único hombre libre que existe en el mundo es el hombre germano. Tomemos a Engels, el gran revolucionario, o a Marx, que no tenía nada de patriota alemán, pero cuando Bismarck provoca la guerra con Francia, escribe esa carta, que los marxistas esconden, en la que dice que “Francia necesita una paliza... porque si Prusia gana nuestras ideas se expandirán...” O cuando Engels dice que el destino de los pueblos del Este de Europa es ser colonizados por Alemania. Esto lo dice un señor que hablaba de internacionalismo obrero... O Cuando tratan de la invasión de los bárbaros; ellos hablan de la “transmigración de los pueblos” (Die Völkerwanderung) con una ambigüedad que lo neutraliza todo... Así que esos señores consideran que los demás pueblos europeos son civilizados en el mejor de los casos, pero que la cultura es un privilegio alemán. Dividen, lo que no hace ninguna otra cultura, entre cultura y civilización. Se arrogan el privilegio de ser el pueblo culto. Todo esto para explicar el complejo de superioridad que llevan dentro, el complejo de la “Herrenrasse”.
A la luz de la historia europea de los últimos 500 años, que es una sucesión de carnicerías y expansiones imperiales, con España de pionera, ¿no estamos designando en realidad una enfermedad europea?
En la Europa moderna Alemania juega un papel secundario, comienza a aparecer a partir de Federico con Prusia. Es una “nación tardía”. Política e industrialmente, se incorpora tarde, pero los países que configuran Europa son España, que desaparece después del XVI, Inglaterra y Francia. Lo bueno y lo malo lo aportan ingleses y franceses. Alemania aparece en 1870. En el fondo, la realidad es que siendo el país que mas ha ansiado la victoria y estar arriba de todo, ha sido el que más derrotas ha cosechado. La razón son unas ambiciones desmesuradas: les falta el sentido de la mesura, que es griego. No lo han tenido.
"Creo en la horizontalidad"
¿Como ve el proyecto europeo hoy?, ¿tiene sentido?
Soy un enamorado de Kant, la “paz perpetua”. Pero para vivir en paz los países no necesitan un superorganismo burocrático. En nombre de la unión se cortan los derechos de los países miembros. Es un centralismo de nuevo cuño controlado por el capital que crea una burocracia parasitaria. Europa ha sido una creación vertical y yo no creo en los verticalismos. Yo creo en la horizontalidad.
¿Se debería intentar una Europa horizontal?
Tendría que ser un proceso a nivel de base, pero ¿cómo salir del tinglado vertical? Atravesamos un momento histórico de total inhibición. La gente está desanimada, escéptica, volcada en los problemas personales, refugiada en un hedonismo de muy baja calidad, en el consumo, etc. Yo todavía he vivido en una generación en la que había un sector despierto y comprometido, un sector pequeño, pero ahora.... No hay conciencia crítica, y sin ella no hay ideales ni conciencia política. Más grave que la crisis europea es la crisis de la conciencia critica. Cuando una persona tiene un ideal, busca realizarlo. Eso significa la negación de un orden establecido, y como esto falta, están instalados en lo que Boudelaire llamaba “los paraísos artificiales”.
¿Puede cambiar eso? La crisis nos sitúa en un paisaje de arenas movedizas. En Grecia la sociedad ha demostrado estar bastante indignada. Si tres o cuatro sociedades europeas hubieran respondido como la griega, no se podría haber impuesto, por ejemplo, que los de abajo paguen por lo que ha sido una estafa del capital financiero arropada por los políticos...
En Alemania va a ser muy difícil. La tendencia de conformismo político, de aceptarlo todo, la ausencia de cultura de la rebeldía, de los países latinos, de Francia, aquí se desconoce.
¿Y el 68?
Fue una caricatura sin anclajes en el mundo del trabajo. El mejor fue Rudi Dutschke. Después del atentado era un hombre acabado. El otro, Danielito (Cohn Bendit), me propuso revolucionar a los emigrantes españoles. Tras su expulsión de Francia les soltó el rollo de Nanterre a los obreros españoles aquí. Yo le hice de intérprete. Un obrero le dijo, “Daniel, no tienes ni idea de lo que es el mundo del trabajo...”. Lo del 68 fue una nube de verano. Después, la gente se replegó, o bien se integró en el establishment. Su paradigma es Joschka Fischer: de rebelde callejero a consejero del consorcio energético RWE y del oleoducto de Nabuco, pasando por el Ministerio de Asuntos Exteriores verde que metió a Alemania en la guerra contra Yugoslavia...
"Veinte años de regresión social"
Antes de la crisis algunos comentaristas decían que durante estos veinte años que nos separan de la reunificación, la política y la cultura alemanas habrían girado un poco a la derecha, mientras que la conciencia social lo habría hecho un poco hacia la izquierda, ¿Qué papel desempeñó en eso la anexión de la RDA? ¿Qué consecuencias cree que tendrá la actual crisis en la conciencia social alemana: todo ese espectáculo tan desagradable de ver cómo se destinan miles de millones a salvar a bancos y banqueros irresponsables que continúan especulando?
En términos generales, la política, la economía y la legislación social de la RFA durante las dos últimas décadas han sido claramente de derechas, incluido el período en el que gobernó el socialdemócrata Gerhard Schröder en coalición con los Verdes. Lo mismo reza para la coalición democristiana y socialdemócrata anterior a la coalición actual entre la CDU-CSU y los liberales. La prueba es que en el curso de los últimos veinte años han aumentado los índices de pobreza, la desigualdad distributiva, el deterioro de las prestaciones sociales y el endurecimiento de las condiciones de vida. Es sólo a partir de la crisis financiera y de la pésima gestión del nuevo gobierno democristiano-liberal que crecen el descontento y las voces críticas, como se desprende de los sondeos sobre la intención de voto.
Se dice que la llamada “Ostalgie” y el relativo malestar de los alemanes del Este, tiene que ver más con su decepción con las realidades socioeconómicas de la sociedad occidental que con verdadera nostalgia de la dictadura de la RDA, ¿cómo va a afectar la actual crisis en ese descontento de los alemanes del Este?
Existe una minoría considerable que sin duda añora determinados aspectos sociales de la ex dictadura de la Alemania oriental, pero la decepción de la población de la antigua RDA está motivada en primer lugar por la política paternalista que las elites dirigentes de la Alemania occidental adoptaron desde el primer momento con respecto a los alemanes del Este. A pesar de las ingentes sumas de dinero que han recibido de la Alemania occidental para elWiederaufbau (reconstrucción) de la maltrecha economía dejada por los jerifaltes comunistas, los ciudadanos de la Alemania oriental se sienten discriminados, un sentimiento que los escándalos bancarios y el deterioro del nivel de vida no harán más que incrementar.
Los especialistas han dicho que la Agenda 2010, que tantas consecuencias políticas y sociales tuvo y que ahora se continúa con el pretexto de la crisis, sólo contribuyó a un crecimiento del 0,2% del PIB alemán. ¿Era necesaria esa reforma?
El dato que usted menciona habla por sí mismo. La versión alemana de la "Agenda 2010" aprobada en Portugal el año 2000 fue dada a conocer en 2003 por la coalición de la socialdemocracia y de los verdes y fue desde sus orígenes un intento de fomentar los intereses de la plutocracia, la misma plutocracia bancaria que ha originado la terrible crisis financiera que atraviesa la economía mundial. La prueba es que el ala izquierda del Partido Socialdemócrata luchó contra el proyecto del canciller Schröder. Y no menos significativo es que al asumir la Cancillería tras la derrota electoral de Schröder, Frau Merkel dio las gracias al líder socialdemócrata por haber adoptado un "programa social adaptado a las necesidades de los tiempos". Dicho en plata: una legislación social en detrimento de los sectores desfavorecidos de población, una de las actividades predilectas de la actual Canciller.
"Democracia restrictiva"
¿Cómo explicar que todos los diputados de un grupo parlamentario del Bundestag, me refiero a Die Linke, tengan sus comunicaciones telefónicas y electrónicas vigiladas por los servicios secretos, y que eso sea público y legal sin que provoque escándalo?
Alemania es el único país de la Europa occidental que posee desde la fundación de la RFA una policía política o ideológica, por mucho que el organismo encargado de esa función tenga un nombre tan aparentemente edificante como "Oficina Federal para la Protección de la Constitución". He ahí la razón de que este organismo se considere legitimado para observar a los diputados de Die Linke, sin importarle lo más mínimo que estos diputados hayan sido elegidos democráticamente por el pueblo soberano, cuya voluntad queda en este caso desautorizada a posteriori por la voluntad de la policía política.
¿Es que la primacía del “Staatsrecht” (derecho del Estado) sobre el “Rechtsstaat” (Estado de derecho) conserva alguna actualidad en Alemania?
La democracia vigente en la RFA se basa en la desconfianza al electorado y a la dinámica política en su conjunto, es una democracia restrictiva y de espíritu antiplebiscitario. Ello explica, entre otras cosas, que el presidente de la República no sea directamente elegido por el pueblo soberano. La última palabra sobre el desarrollo de la res publica la tiene el Tribunal Constitucional fundado en 1951. El Tribunal no legisla, pero tiene la potestad de declarar como anticonstitucionales las leyes aprobadas por los órganos legislativos. Practica, pues, lo que el gran jurista Kelsen llamaba una "legislación negativa", que es también una manera de legislar. Este modelo difiere de las grandes tradiciones democráticas europeas, trátese del liberalismo inglés, de la "volonté générale" de Rousseau o de la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial postulada por Montesquieu.
Veinte años después de la reunificación, lo sabemos casi todo de la Stasi y disponemos, por ejemplo, hasta de las actas de las reuniones del Politburó del Partido Comunista oriental (SED) en las horas críticas. Sin embargo, aun está por escribir la crónica interna alemana-occidental, sobre cómo se gobernaron aquellos sucesos desde la administración de Bonn. ¿Cómo lo interpreta?
El silencio que sigue guardándose confirma, una vez más, el carácter restrictivo y poco transparente de la praxis política de la RFA. Aquí también, un pequeño clan de funcionarios anónimos decide lo que el ciudadano debe conocer o no conocer. El "ciudadano emancipado" concebido por Emmanuel Kant sigue siendo en la propia patria del ilustre filósofo un ideal todavía no realizado plenamente.
Pasado caricaturizado
En el discurso sobre las “dos dictaduras alemanas” que tanto se maneja en la Alemania de hoy, ¿es apropiada la equiparación entre la RDA y el nazismo que sugiere?
La dictadura comunista de la Alemania oriental fue, en lo esencial, tan brutal e inhumana como suelen ser todos los regímenes antidemocráticos, pero compararla a la que imperó durante el III Reich, me parece un despropósito mayúsculo. Incurrir en este tipo de paralelismos indiferenciados significa relativizar las dimensiones y la naturaleza satánica de los crímenes cometidos por los nazis en casi toda Europa.
En 2009 un grupo de ex embajadores publicó una carta abierta en la prensa pidiendo cambios en la tradicional política alemana de cheque en blanco a Israel. La Canciller Merkel aun ha hecho más incondicional esa política, ¿espera usted algún cambio a medio plazo?
El apoyo incondicional de los gobiernos de la RFA a Israel pertenece al capítulo de reparaciones al pueblo judío y constituye, desde la época de Adenauer, un pilar inamovible de la política exterior alemana. Y la razón sigue siendo la misma que al principio: la imperecedera deuda moral y material contraída por Alemania con el pueblo judío a causa del holocausto perpetrado por los nazis. La señora Merkel no hace más que proseguir, corregida y aumentada, la conducta de sus antecesores en el gobierno, sin importarle por lo visto demasiado, la política mezquina e inhumana del gobierno de Benjamin Netanyahu con la población palestina. Mientras ocupe ella la Cancillería, no creo que nada vaya a cambiar.