Dicen que el ave divina
trocada en pobre gallina,
por obra de las tijeras
de aquel sabio profesor
(fue Kant un esquilador
de las aves altaneras;
toda su filosofía,
un sport de cetrería),
dicen que quiere saltar
la tapia del corralón,
y volar
otra vez hacia Platón.
¡Hurra! ¡Sea!
¡Feliz será quien lo vea!
trocada en pobre gallina,
por obra de las tijeras
de aquel sabio profesor
(fue Kant un esquilador
de las aves altaneras;
toda su filosofía,
un sport de cetrería),
dicen que quiere saltar
la tapia del corralón,
y volar
otra vez hacia Platón.
¡Hurra! ¡Sea!
¡Feliz será quien lo vea!