"La gente se aferra a sus creencias y opiniones, porque, cuando las compara con los procedimientos tan azarosos mediante los cuales las han conformado, incluso la opinión más insensata parece admirablemente clara, saludable y evidente por sí misma. Y, si dejamos que se nos escape, tenemos que zambullirnos de nuevo en esa confusión para dar forma a otra opinión que la reemplace".
"Todo el mundo, excepto los locos de atar y los muy estúpidos, sospecha de sí mismo, de vez en cuando, o siempre que piensa en ello, que no está completamente cuerdo. Los indicios de chifladura son bien sencillos de encontrar, y cuanto más ahondamos en nosotros mismos, más salen a relucir".
"¿Es que no puede haber, o no hay, personas tan completamente, tan fundamentalmente malignas que emponzoñan a cuantos tocan y los inducen a entregarse a cuanto de malévolo llevan dentro? Y eso es así tanto si lo desean como si no. E incluso cuando quieren desesperadamente no hacerlo".
"Es una necedad tratar de adivinar el carácter de una persona tanto por la forma de sus orejas como por la distribución de los astros, o por la distribución de las hojas de té en una taza, o por el hoyo de un salivazo en la arena; quienquiera que comienze a buscar en sí mismo síntomas de locura, encontrara gran cantidad de ellos, porque todas las cabezas, menos las estupidas, están hechas un lio".
"Es dudoso que sean muchas las personas capaces de ejercer un influjo muy bueno sobre las de sexo contrario".
"El éxito de un plan siempre les parece cuestión de suerte a los necios".
